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Turismo

Fiestas y ferias tradicionales

Fallas de la Virgen de Ribera

El 17 de junio por la tarde los fallaires suben a la montaña de Santa Magdalena con las fallas de avellano y pino seco que se han construido los días antes de la fiesta. Mientras tanto, las pubilles (muchachas del pueblo) se preparan con el tradicional vestido de catalana para encontrarse con las familias en el Molí de l’Oli al caer la noche. Cuando empieza a anochecer las pubilles y los poblatanes y poblatanas bajan hasta el pie de la montaña de Santa Magdalena a esperar los fallaires que, cuando llegan, suben en procesión con su pubilla hasta la iglesia para hacerle una ofrenda a la Virgen de Ribera. Para finalizar se bailan sardanas en la plaza de la Pedrera y hay una cena popular para los fallaires y las pubilles.

El origen de las fallas al Pirineo es milenario, como la atracción instintiva que sentimos hacia las llamas desde la prehistoria. En la Pobla la bajada de fallas se remonta a los años 50, cuando el pueblo era un importante centro económico y sus fiestas un activo para la región. El Alcalde Boixareu las impulsó de la mano del Esbart Dansaire (grupo de coros y danzas). Conjuntamente con otras fallas y fiestas del fuego solsticiales de las dos vertientes del Pirineo, fueron incluidas en la lista representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el 1 de noviembre 2015.